Muchas de las maravillas que ocurren en la naturaleza pasan desapercibidas. A veces porque se trata de procesos muy largos, quizá de meses o años, y no podemos estar en todo momento en el lugar donde ocurren para observar cada cambio. En otras ocasiones, ni siquiera las vemos, simplemente porque suceden en milésimas de segundo.
Afortundamente la tecnología permite «acercar» al ser humano estos movimientos, lentos y rápidos, para que podamos ver los cambios y apreciar su belleza. Técnicas como time-lapse o la utilización de cámaras de alta velocidad permiten capturar con todo nivel de detalle imágenes espectaculares de la naturaleza.